Los Versos del Viejo Emiliano
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Los Versos del Viejo Emiliano
Por: Rafael Oñate Rivero
“Una mañana que me levanté temprano /estando buenecito y sano, salí a caminà mi rosa/cuando sentí que me dio una cosa, una novedà furiosa /que me estaba terminando…Yo salí con mis dos hijitos para arriba, y me dieron dos desmayos cuando iba”
Emiliano Zuleta Baquero
Como un juglar de grandes virtudes, versatilidad, destreza y habilidad en la ejecución del acordeón, incursiono Emiliano Antonio Zuleta Baquero, en las colitas de la época, con la mayor naturalidad, después de haber tocado caja y ejecutado la caña de millo, rompiendo los parámetros de los usos y costumbres cuando en los lugares de la antigua provincia de Padilla predominaba la influencia de los sonidos de los violines, serruchos, tiples y flautas.
La rutina y el tono melódico del acordeón del “Viejo Mile” se escucho por primera vez un 31 de diciembre, como era de esperarse, en una parranda, donde se festejaba el nacimiento de Fausto Cotes, uno de los “Tres Monitos”, cuando varios amigos acudieron a felicitar a “Poncho” Cotes, por el feliz acontecimiento. En el ambiente se coló el tono musical de su instrumento. Emiliano Zuleta y Escalona no se conocían, de tal manera que Andrés Becerra tan pronto bajó de Manaure, buscó a Rafael para darle la buena nueva y ponerlo al tanto de las habilidades mostradas por el nuevo acordeonero…Yo he oído hablar de él, contestó Escalona, pero es un hombre muy huidizo. Tomado de la versión original de Andrés, en una de sus charlas.
Empotradas en letras de molde quedaran por siempre las letras y los versos que alternaron en amaneceres plenilunares, Emiliano y Lorenzo Miguel: Le dicen a Morales, que el se vale de ocasión, que trata de maltratarme, cuando estoy sin acordeón, y si le duele algún raigón, que busque quien se lo jale”.
En ese dechado de virtudes, que era el “Viejo Mile”, sobresalió con luz propia por una de sus fulgurantes cualidades, cual era, su rutilante capacidad de improvisador, de repentista, poseía la velocidad de una liebre para hacer un verso de cualquier medida, destacando de manera especial la décima, en cuya modalidad era una “fiera” como el mismo lo aseveraba al exaltar los valores y características de sus contendores ocasionales, “Chico” Bolaños, Lorenzo Morales, “Toño” Salas, su hermano, y Abel Antonio Villa, mencionando con los que más se aparejó o “tropezó”, distinción que lo convirtió en uno de los acordeoneros predilectos en la modalidad de la Piquería. Su creatividad, su gracia, la chispa grandilocuente y la contundencia emotiva para hacer un verso de entrada o de respuesta convertían al “Viejo Mile” en el centro de atención, de oídos y miradas en toda parranda donde se diera la ocasión o la oportunidad de un reto o desafío donde mediaran las reglas del verso a verso.
En esta materia, el Juglar Legendario, que fue Emiliano Antonio Zuleta Baquero, deja como legado a la Tradición Oral de la Música Vallenata, estrofas para enmarcar en el Patrimonio Folclórico-Cultural de nuestros pueblos, por su excelente valor histórico y el sabor vernáculo de su expresión: “Yo me siento completito, y con buena capacidad, tenga la seguridà, que ni siquiera me asusto, y a Toño le falta mucho arroyito que pasà.”
Si algo identificaba al Juglar de las Dinastías, era que su forma de ser, era superior a cualesquier circunstancia que le pudiera suceder en trajín o faena diaria, su condición de hombre jovial y cariñoso no tenia diferencia de género, claro que al estar enamorado era mucho más expresivo, el sabría porque.
Es innegable que la admiración por el, no se difumina con su partida, ni amilana nuestro ser, se debe en adelante ser un obrero metódico, y reivindicar que el mar de hierba, indivisa como una comarca de tribus bravías, no fracasará, pues la simiente por el sembrada, cayo en tierra buena, dio excelentes frutos y éstos a su vez con sus hermosas semillas, sabrán fructificarlas nuevamente. En adelante, se mirará la vida como el soldado, el misionero, el gitano o el vagabundo, con sus elementos nobles, para retenerla y disfrutar de los suyos y sus canciones , mirando hacia el infinito con emoción aldeana, y observar en su ultima partida , sobre las lágrimas que corren por las mejillas como goletas en el inmerso mar, que la muerte es una sombra de la vida, y con asombro expresamos que cercana está de nosotros, pero siempre le procuramos un aire soñador, no llegará temprano, llegará con el sol venadero de la ultima tarde. Partir hacia el lejano paraje, para aquel pago de donde no se vuelve, es incuestionable, duro para quienes amamos y mucho mas cuando de nuestro padre se trata, de aquel ser que nos brindo la vida, nos llevó de la mano por el sendero, les transmitió a sus hijos sus enseñanzas, les delegó lo mejor de lo mejor para que fueran hombres de bien y un ejemplo para nuestra sociedad. Los recuerdos se mantendrán, le deseamos en este nuevo camino que inicia en el sendero de la luz, paz. . Se apagó la llama que ilumino la sombra de la nostalgia. En este transito poético se siente el ansia tristísima del ser amado, mas bello que la luna llena, hombre de esperanzas, tu ausencia se ve como el buque que parte y en su resonar de calderas, nos deja el alma rota por la partida de aquel que se va, adentrándose en las prístinas aguas para nunca volver.
La blanca y hermosa soledad que nos llega con el tiempo, en la noche tibia donde confluyen en vibrante melodía aunada a un ritmo pausado, la dulce sonrisa de la parca, dándonos la posibilidad de iniciar el intenso recorrido espiritual superando el blando cuerpo del silencio, para adentrarnos en follajes de alamedas, despachando lo fugas del pensamiento, pues mas corto que este es nuestra existencia en esta vida terrena, nos llena de esperanzas nuevas en el creador.
Su origen provinciano la acompaño hasta la muerte, rodea su inspiración en su trasegar como emergiendo de la bruma con una dulce sonrisa, amigo de sus amigos, sabio padre que supo conducir en el estero con esplendor y ternura a su hijos, como decía Borges, y Dar a la niña inquieta, la reconquistada flor, en la persona discreta, sintiéndose héroe y poeta, por la gracia del amor.
El póstumo tributo que hoy le expreso, llega como las cosas espirituales de la tierra, como la curiosidad del gorrión, como la tomineja avezada en su volar frente al crepúsculo glacial que enturbia el ojo de agua en el que se refleja su inconfundible plumaje a pesar de su pequeñez; se ha cerrado el baúl de los recuerdos, pero ten presente que a pesar de que las anécdotas salidas de tu grávida voz, no se escucharán ya, siempre permanecerán en nuestro sentir, en el de tus hijos y tu esposa , que con mirada altiva, vivirán orgullosos de aquel padre que con temple de cuerda de violín, supo construir para ellos en medio de tempestades, grandes sueños , que hoy cristalizan como nubes rosas , como las golondrinas corren en pos de las mariposas , y en su rodar trazan como letras místicas , escribiendo un adiós.